El fracaso de los dioses

Como no podía ser de otro modo, la convocatoria fue un éxito total. Fueron miles, casi cincuenta mil, los candidatos que se presentaron para ocupar el puesto de ídolo. Pero no todos podían serlo, así que los dioses, que estaban por encima de la sabiduría de los mortales, sometieron a todo tipo de pruebas a los que codiciaban el puesto. Eso suponía supeditarlos a la espera en largas colas a la intemperie para luego, en una habitación decorada más como un zulo que como una sala de exámenes, l@s candidat@s eran juzgados bajo esa mirada que tienen los dioses, mezcla de una desganada soberbia e hipócrita benevolencia.

Uno a uno y una a una fueron pasando los que buscaban la gloria, el triunfo como le llamaban a toda esa fantasmal operación. En ese entarimado artificial los dioses, sabedores de su poderío, hacían gritar, llorar, saltar, hasta suplicar a los humanos. Sólo quedaron dieciocho. Eran los elegidos. La gente empezaba a mostrar su idolatría por unos y otras Llenaban estadios, plazas de ciudades, se compraban camisetas impresas con la foto y el nombre de su ídolo preferido, hacían pancartas con eslóganes, organizaban tertulias cantando y contando las virtudes de sus predilectos. Incluso, los más afortunados, podían verlos y hasta tocar sus vestiduras cuando sus iconos se sometían a las pruebas de gritos modulados semana tras semana. Pero los dioses eran implacables. Cada semana debía abandonar el Olimpo uno de los dieciocho. Normalmente el que menos gritaba, porque de gritar se trataba. Así hasta quedar tres del que saldría el elegido o la elegida. El nuevo ídolo nacional que aglutinaría a las masas ávidas de alguien al que adorar. El Fernando Alonso de la canción. La Penélope Cruz de los escenarios (con perdón). Allí estaría en lo más alto del podio. En el lugar de los vencedores mirando desde cierta distancia, en aquél instante, a los que hasta hacía pocos meses habían sido sus iguales.

Mientras todo esto ocurría seguía recapacitando sobre el nombre del concurso preguntándome el porqué le llaman Operación Triunfo si de casi cincuenta mil aspirantes, sólo gana uno. Eso, para mí es un auténtico fracaso porque, si de cincuenta mil pleitos sólo hubiera ganado uno, tendría que haberme ganado la vida de otra manera o, lo que es peor, estaría entre rejas por mala praxis. Claro que yo no soy un dios, ni tengo vocación de ídolo. Soy de los que adoro.
16 comentarios
Para Nadia reflexionando visualmente -
Nadia -
Saludos
Para María pillando un buen asiento -
Para Polen metiendo las manos en el barro -
María -
Un besote !
Polen -
Para Onice en defensa de "había una vez un circo" -
Para María muy puesta al día... -
Para monocamy afinando su oído musical -
Para unamaruja forradísima -
P.S. Si me dices lo que es el "rss" tal vez pueda decirte algo. Y mira que me fastidia que no puedas entrar porque ya sabrás que me encantan tus comentarios... y los de todos.
Para Meditaciones haciendo zapping en "La Red" -
P.S. Ya no me quieren en la "tele". No tienen un filtro lo suficientemente potente como para que no se deslumbre la gente con mi presencia.
P.S.2 Será interesante que lo hagas
Onice -
¿Que es un circo? Puede...pero a ellos no les importa.
María -
Las 2 veces que lo ví, justo era al final, cuando hablan los "dioses-jueces", dando su veredicto...
La verdad, que yo lo ví como "operación ja-ja"... las pavadas que hablaban, las caras "serias", etc etc etc me divertían bastante
Pero bueno... los 50 se dieron el gusto de salir, aunque sea 5 minutos, por tv...
Listo !!! Ya estoy al día !
Besotes !!!
monocamy -
No hago más reflexiones porque, artísticamente, no me interesa ninguno. No me gusta la música española.
:PPP
unamaruja -
Pd. Tengo un problema con tu página, a parte de que casi nunca puedo entrar es que la dirección de rss no la acepta mi agregador, ¿tienes idea de por qué?
Meditaciones -
No suelo ver ese tipo de programas, a decir verdad ningún tipo de programas, ni los llamados culturales. Como todo hijo de vecino también tengo la mala costumbre de ir cambiando de canal, quizá en busca de algo interesante (no sé cuando aprenderé que eso es una pérdida de tiempo) por lo que alguna vez caí en los habituales programas basura como: Operación triunfo.
Pero a lo que venía aquí no es a criticar a los programas basura sino a contradecirte en cuanto al significado de triunfo.
Precisamente el significado de triunfar es: Vencer a los enemigos en batalla. En el tema que nos concierne los enemigos eran cuarenta y nueve mil novecientos noventa y nueve contra uno. Parecido a tus pleitos, has batallado contra cincuenta mil casos y has salido vencedor conseguiste tu triunfo.
P.S: ¿Cuándo te veremos en la tele?
P.S. 2: Tampoco estoy de acuerdo en que no tienes vocación de ídolo pero ese tema lo trataré otro día ;-))
Saludos meditados.